lunes, 25 de octubre de 2010

he tenido un sueño


Entre las sombras de mi habitación se colaba algún que otro rayo de sol, me giré sin pensármelo y decidí seguir durmiendo, pero un olor a tostadas y a café recién echo me desperezó contra mi voluntad y acabé por levantarme.
Después de vestirme con una sonrisa en la boca pensando en el desayuno: unas tostadas, un colacao, alguna que otra magdalena y quien sabe que mas. Salí con ganas, y empecé a bajar las escaleras. 
El olor se intensificaba y mi sonrisa hacia lo propio, sobretodo al ver a la cocinera, preparando algo de espaldas a la puerta por la que yo la estaba observando mientras bajaba: unas zapatillas escondían unos pies pequeños, con una enredadera tatuada en el tobillo que subía por uno de sus gemelos, esos gemelos de piel suave y tersa, que daban paso a unos muslos con el volumen justo para pasarte el día mirándolos o acariciándolos si tenias suerte, y yo la tenia, sus shorts súper shorts y súper ajustados eran como piel pintada, como si alguien le hubiera pintado con acuarelas unas flores y alguna que otra linea, pero lo que mas me gustaba era que se pusiera mis camisetas, y esa mañana lo había echo, se había puesto una de mis camisetas mas grandes, dejando todo lo demás a mi imaginación, pero tan temprano, mi cabeza no podía dibujar tales lineas. Así que bajé de un salto las escaleras que me quedaban, y me aventuré en la cocina.
Una vez entré en la cocina, se giró para cegarme con una sonrisa y morderme el labio inferior mientras me daba los buenos dias.
Desayuné con ganas, tenía hambre y el día pintaba largo, un día que empezó con una llamada:
-Buenos días tío!!
-Buenos días, y puedes  creerme que lo son.
-Ah si?? tan temprano??
-Si, entre el desayuno, y la compañía te digo yo que este día promete, bueno, que me cuentas?
-Pues que ahora mismo entro a surfear, y no pienso esperarte, tu veras si quieres desayunar en compañía, o disfrutar de una de las mejores sesiones de lo que va de año.
Me quede pensando un bueno rato, mirándola a ella y al desayuno, pensando en que quizás me la estaba colando, en que las previsiones no auguraban nada de eso,  que lo mejor sería meterme en cama con ella y ver unos dvd´s.
Un beso me sacó de mis pensamientos, me sonrió y me soltó que deberíamos ir, que no perdiéramos tiempo, que ella ya había metido todo en el coche, y que solo quedaba cerrar con llave, y eso fue lo que hicimos.
Al salir por la puerta me sorprendió la temperatura agradable, supuse que a esas horas estaría mas fresco, pero se estaba bien, muy bien, la mire mientras cerraba la puerta: se había cambiado en unos segundos, llevaba puestos unos vaqueros ajustados con algún que otro agujero por donde se podía ver su piel morena y una camiseta sin magas blanca que yo le había regalado. Se giró y me cogió de la mano mientras me decía que disfrutara del camino, que ella conduciría, que me relajara y escuchara música.
Me senté en el asiento pensando que aquello era demasiado bueno, pero yo no pensaba quejarme ni rechistar, yo solo iba a disfrutarlo y dejarme llevar.
Al llegar a la playa, unos diez minutos después, no podía creerme lo que veía: el sol asomaba por encima de las pequeñas montañas, justo enfrente de una de los mejores arenales de la zona, uno tan grande y  espectacular que daba igual a lo que vinieras: sacar fotos, jugar con los críos o pasear al perro porque las vistas te robaban las palabras y en algunos días especiales (como aquel) te robaban el alma.
El agua tenia un color verdoso claro y las olas rompían desde muy atrás y abrían mejor que nunca, incluso me pareció ver algún que otro tubo pequeño mientras me ponía el neopreno y bajaba a la playa. Cosa que confirmé mientras estiraba un poco, salían tubos de un tamaño lo suficientemente grande como para disfrutarlo de rodillas o quizás agachado, cosa que alguien ya estaba haciendo: un surfer acababa de ponerse en pie, con un estilo fluido y relajado se encogió un poco y aminoró la marcha hasta que el tubo lo engulló casi del todo, lo único que podía verse era la punta de la tabla.  Se me caía la baba al ver las olas que me esperaban.
Remando hacía el pico me di cuenta de que el agua tenia una temperatura agradable para lo temprano que era y una textura que pocas veces he visto, y que hoy iba a poder disfrutar en la mejor compañía que uno puede pedir: tu mejor colega y tu novia.
Las olas rompían regulares y a intervalos cortos, casi no teníamos tiempo a descansar entre ola y ola, pero ninguno de nosotros se quejó, surfeamos durante horas sin parar, disfrutando de la mejor mañana de mi vida, bajando olas perfectas, rápidas cuando querías que lo fueran y lentas cuando necesitabas relajarte y disfrutar del amanecer desde la tabla. Un amanecer que estaba durando una eternidad, pero eso no era algo que me preocupara mucho, en cierto modo casi lo prefería, así podríamos disfrutar de estas maravillosas condiciones los tres solos, sin tener que preocuparse por la prioridad o por saltar olas, aquí todos remábamos y todos compartíamos las olas entre risas y gritos.
La marea subió y bajó un par de veces antes de que decidiéramos salir del agua. Mientras me estaba cambiando una mano me tendió un bocata y un refresco que disfruté mientras veía como el sol se asomaba por encima de las montañas y empezaba a iluminar con fuerza, subiendo las temperaturas algún que otro grado, pero sin ser demasiado. la gente empezaba a llegar mientras yo acababa de meter todo en el coche:
-¿no entras? me preguntaron.
-¿yo? salgo, llevo toda la mañana metido.
-que madrugón te has dado ¿no?
-ha merecido la pena- conteste sonriendo -la mejor sesión del año.
Esperé a que entraran en el agua y estuve un par de horas viéndoles surfear, comiendo un poco de fruta y comentando olas y estilos hasta que decidí marcharme, ya era hora de recoger todo lo que dejamos al acabar el desayuno. nos pusimos en marcha, despacio, disfrutando del camino, viendo como salía el sol en aquel maravilloso día.
De camino a casa vimos a un colega deslizándose por las calles en su skate, saltando escaleras y grindando barandillas. al verme sonrió y me hizo señas para que detuviéramos el coche, bajé la ventanilla para dirigirme a el:
-buenos días, ¿tan temprano planchando trucos?
-si, y tu deberías hacer lo mismo, anda, aparcad el coche y a patinar tío.
Miré a la conductora, que sin dejar de sonreír me desabrocho el cinturón de seguridad y me dijo que disfrutara, que ya nos veríamos mas tarde, me planto un bueno beso prometiéndome mas en cuanto llegara a casa. Cogí el skate del maletero, me cambié el calzado y me dispuse a disfrutar de un buen día de skate.
Bajando un par de cuestas cogimos una velocidad endiablada, por unas cuestas, y unas aceras que eran desconocidas para mi, escondidas en un pueblo en el que nunca me imaginé tales colinas, que terminaban en una plaza gigante con bancos de mármol pulido, escaleras y barandillas que parecían pedir a gritos ser disfrutadas en mil y un grindes.
Mientras calentaba saltando un par de escaleras me di cuenta de que el sol aun no había salido, estaba escondido detrás de unos arboles, y se filtraba una luz oscura y fantasmagórica, pero gracias a eso la temperatura se mantenía agradable.
Nos entretuvimos un par de horas planchando trucos en las escaleras y bordillos e hicimos un descanso para comer unos bocatas que mi colega hizo ates de salir de casa, como si supiera de antemano que me iba a unir a el antes incluso de que yo decidiera levantarme, como si supiera que yo pasaría por su pueblo justo en aquel instante y que acabaríamos patinando en aquel lugar de ensueño, agradecí el bocadillo aunque no hacía falta, ya que no eran mas de las ocho de la mañana. A continuación decidimos acabar el asunto destrozando las barandillas con todos los grindes inventados y por inventar, entre risas jugamos un ''skate'' el cual dejamos en empate después de horas, nos sentamos a desvariar sobre tablas y ejes, sobre trucos y lugares que patinar, sobre la vida y el futuro que nos esperaba a los dos, justo cuando la conversación decaía sonó su móvil y dimos por finalizado el día, el se marchó deslizándose cuesta abajo, por donde aviamos venido y yo hice lo propio.
Por el camino rememoré todos los buenos momentos que el día me había ofrecido, que no eran pocos. Gracias  a eso el camino se me hizo muy corto, antes de darme cuenta estaba entrando por la puerta, me la encontré tirada en el sofá, viendo un video de surf, al notar mi presencia se giró con esa sonrisa tan suya, que tanto me gustaba, justo cuando noté un sonido que procedía de mi izquierda, un sonido intermitente y molesto, cuando miré vi un despertador en mi mesilla de noche: 07:01 AM se iluminaba en la pantalla verde, lo apagué de un manotazo, me incorporé y mientras mi cerebro intentaba situarse, yo rebuscaba en mis recuerdos ese sueño que se escapaba de mi mente dejando un dulce sabor de boca y una sensación de que algo se quedaba a medias. Mientras me vestía intentaba recordar si había soñado algo, no estaba seguro, pero algo me decía que si, aunque ya no importaba, era lunes y tenía una semana larga por delante.

martes, 19 de octubre de 2010

fish eye

Estas fotos son del día que patinamos en el aparcamiento de los apartamentos y otra del peor sábado de skate que recuerdo en mucho tiempo:
kick flip to fakie
skate kick flip
varial flip to fakie o quizás un varial a pivot o a manual o quien sabe lo que estaba planchando en ese momento
skate varial flip
lipslide
skate lipslide

patinad mas!!!

miércoles, 13 de octubre de 2010

Un mal sabado

Después de pasarnos mas de un mes esperando un buen día para poder sacar el cajón, resulta que el señor Agustín y yo tuvimos un mal día, un dia donde la meta no era planchar trucos, lo que los dos queríamos era aterrizarlos a medias, la verdad es que hacía mucho tiempo que no me pasaba eso, y creo que a el tampoco, los dos somos bastante regulares, pero tenemos días de esos, como todo el mundo.
Después de casi cuatro horas de skate, sacamos algo así como ocho fotos, de las cuales estas son las mejores:

Dos 5-0 grind, apoyando la tabla, que se que jode a los puristas
skate,grind box
Photobucket
Otros dos F/S lipslide
Photobucket
Photobucket